SILOÉ PINTA DE BLANCO LA PAZ
Un combo de pintores tiene la osadía de pasar de un sector a otro de siloé armados SOLAMENTE con rodillos y brochas. Su objetivo es colorear de blanco las fachadas para plasmar un mensaje de paz.
Cada brochazo es como un grito ahogado, uno de esos que quiere ser escuchado con desespero, pero que se queda perdido entre uno de los tantos caminos torcidos de la loma. Cada gota de pintura espesa que cae sobre el asfalto representa el sudor de los primeros arrieros que poblaron Siloé hace más de 90 años, y de la gente que todavía saca pecho cuando dice: “Yo amo a Siloé”, frase que está plasmada en uno de sus muros.
Esta es una de las tantas historias que se dan en la ladera, esa que toca trepar loma arriba entre callejones retorcidos y laberintos de concreto. Allí, jóvenes y otros un poco más canosos, con brocha y rodillo en mano pelean a diario su propia lucha, esa que consiste en pintar a Siloé de color blanco... del color de la paz.
“El blanco representa pureza, tranquilidad, serenidad, es música para el alma”, dice Miguel Ángel García mientras pinta una fachada del sector Las Minas, allá donde la vista de Cali es de tipo postal.
Todo esto de colorear a Siloé de blanco comenzó con la llegada del ‘Doctor Alemán’, la película que se filmó en el 2007. “Primero se pintaron las fachadas de La Estrella, La Mina y el Mirador que era los sitios donde iban a grabar. Fue entonces cuando la Fundación Sidoc y la misma comunidad decidieron intervenir todo Siloé, darle un nuevo sentir al sector y transmitir el mensaje de que somos más los buenos que los malos”, comentó Miguel.
Brochas que le ponen color a las fronteras invisibles. Nadie dijo que iba a se fácil pasar de un sector a otro solamente armados con tarros, rodillos y pinturas. Esta era una idea que muchos tildaban de suicida. Sin embargo la Fundación Sidoc le apostó a este proyecto social llamado ‘Pintatón’, con el cual además de resignificar la comuna al pintarla de paz, tiene como objetivo vincular a los jóvenes de los diferentes sectores, quienes se matan por una guerra cuya base es la intolerancia y el microtráfico.
Jorge Villaquirán sabe bien de eso. Él tiene 44 años y siempre ha vivido en La Playboy y en La Mina, ambos sectores de Siloé. Villaquirán, junto a Miguel Ángel, son los coordinadores del grupo de 40 pintores que decidieron cambiar las armas y las drogas por el trabajo comunitario, que se cansaron de ver sangre derramada y ahora prefieren derramar el color de la paz sobre las descascaradas fachadas.
“Han habido contratiempos por meterse a otros sectores, pero uno va llegando pintando y va pasando la tal frontera invisible”, aseguró Jorge. Miguel tiene claro que no se trata de pintar por pintar, sino de llevar un mensaje de cambio. “No es fácil llegar a algunos sectores, pero nos hemos convertido en testimonio para muchos ‘pelaos’ de los combos de que hay otra opción distinta al conflicto. La gente abajo ve la loma pintada de blanco, pero no sabe todos los procesos de cambio que estamos realizando, la estigmatización es la que nos está matando”, aseguró este líder, cuyo sueño es estudiar trabajo social.
De las pandillas a la ‘Pintatón’. Darwin Campo tiene 25 años y luego de muchos años de pertenecer a una pandilla, ahora se da el lujo de ‘patinar’ (andar) entre un sector y otro sin sentir miedo de perder la vida. “Yo me gané el respeto de la gente de la loma y ahora soy orgullosamente un pintor de la paz. De las pandillas no queda nada bueno, solo cicatrices (muestra la que le dejó un proyectil en el pecho) y perdición. Ahora estoy mucho mejor, no le debo nada a nadie”, aseguró este joven mientras daba brochazos en el sector conocido como Las Llantas, adonde años atrás no se imaginó que podía llegar, pues vivía preso en su propio sector.
“La gente ha respondido muy bien. Algunos tenían su fachada muy feita y se ponen contentos cuando se las dejamos luminosa”, aseguró Luigy García, uno de los trabajadores de la ‘Pintatón’.
Para este parche de 40 expertos en las labores de la brocha y el rodillo, ya no importa si el compañero viene de Lleras, Tierra blanca o de Los Tanques. Aquí lo único que interesa es que todos tienen su cara y su ropa salpicada del color de la paz, y este es el ‘tatuaje’ que los identifica como miembros del parche de la ‘Pintatón’, ese que quiere ver a Siloé bonito y sin guerra.