martes, 24 de febrero de 2015

UN CEMENTERIO PARA ÁNGELES CON PATAS

TUMBAS PARA MASCOTAS

'Simona’ estuvo en el mundo de los vivos durante 13 años, tiempo en el que  corrió, jugó y hasta lloró las tristezas de sus ‘papás’ humanos. Quizás por ser una amiga fiel o por ser como dice en su obituario,  “la líder beta de nuestra manada”, se mereció una tumba y una lápida. Se ganó el ser llorada durante su entierro.

  ‘Bonnie’, ‘Matías’, ‘Lucky’, ‘Shigetoshi’, ‘Kimora’ y más de 100 perros, gatos y hasta conejos reposan en ‘Tierra de mascotas’ un cementerio para despedir a los amigos peludos con honores.

A Yuli Enríquez se le vino la idea a la cabeza, al ver en un programa extranjero un camposanto para animales, y desde hace un año sacó este proyecto adelante que funciona  en el km.  7 vía a Río Claro en Potrerito, Jamundí.

“La gente llora a sus animalitos, les gusta hacer el duelo,  visitarlos y arreglar la tumba. El servicio que ofrecemos es completo. Lo metemos en un ataúd de  cartón   decorado, tenemos  una sala de despedidas  y luego se sepulta”, contó Yuli.

El primer servicio que prestaron fue un 31 de diciembre, día en el que ‘Katia’ decidió dejar su vida terrenal. “La familia estaba muy dolida, pero al ver que el cuerpo de su amada quedaba  en un buen sitio, se calmaron. Esto más  que un cementerio es un mausoleo, es la manera de lograr que su mascota no sea olvida”, dijo esta contadora de profesión, pero animalista por convicción.
Historias de amor y muerte. ¿Será que todos los perros van al cielo? Yuli cree que sí y que además los animales tienen alma.

“Una vez tuvimos un entierro en la noche y los dueños tomaron fotos, cabe aclarar que en ‘Tierra de mascotas’ no hay bombillos ni luces. Al ver las imágenes en una  se observa un cuerpo brillante, una luz. No había forma de que fuera algo externo, esa era el alma de la mascota”, aseguró Yuli.

 Y es que cada vez que un animalito  fallece hay presencia de ellos, queda evidencia de su energía. “Acá entró un perrito y pasó por cada una de las hileras de las tumbas... de inmediato se empezaron a mover las figuras y los ringletes y no estaba venteando”, recalcó.

‘Tierra de mascotas’ es un espacio donde se conjugan la vida y la muerte. Mientras se observan las lápidas con mensajes de despedida, se puede escuchar el canto de los pájaros o ver una  ardilla trepando un árbol. Es un sitio donde se respira paz y tranquilidad, esa misma que seguramente ‘Balú’, ‘Messi’ o ‘Yordi’ transmitieron en vida.









“Unos rezan, otros lloran y algunos simplemente agradecen a sus mascotas por su amor incondicional, por eso los entierran dignamente”, finalizó Yuli.

martes, 17 de febrero de 2015

HASTA PRONTO FIGO

EL ADIÓS A UN AMIGO


Hace semanas estuve pensando en cómo empezar a escribir tu carta de despedida. Comencé  a pensar en tu partida desde algún tiempo, lo confienzo, porque noté que tu vitalidad mermaba.
 
También llegué a pénsar en cómo sería nuestro última día juntos... lo soñé con muchos helados, pasteles, besos en tu carita (aunque no te gustaban los besos), con muchas fotos y acariciando por horas tu lomo. Creí que sería romántico, como en las películas que veíamos juntos (o que yo veía mientras tu dormías), pero nada fue así.
 
Tal vez las palabras no serán suficientes para describir lo inmensamente feliz que me hiciste. Quizás mi memoria falle y no podré dibujar nuevamente los momentos compartidos contigo, mi gran amigo.
 
Creo que bastará con decir que gracias a ti conocí el amor incondicional, ese que tu me dabas. Gracias a ti pude comprender  y experimentar en carne propia, que a un animal se le puede llegar a amar tanto como otro miembro de la familia, porque en mi casa nunca fuiste un perro, fuiste Figo, el señor Figo.
 
Nos faltaron muchas cosas por hacer y aprender juntos. Nos faltó superar el miedo a los locos, el cual se incrementó ese día que uno  te pegó una patada y yo quedé inmovil, sin poder decir o hacer nada...creo que tu en vez de miedo les cogsite 'la mala'. Nos faltó buscarte la novia ideal, me empeñé en buscarte perras de tu misma raza, cuando en realidad tu viviste eternamente enamorado de 'Wanda', esa french puddle que ni siquiera te daba la hora y te volteba la cola, pero tú decidiste serle fiel hasta el día de tu muerte, porque eso si... fuiste más fiel que cualquier humano que hubiera conocido. Minnie tal vez llegó tarde a tu vida.
 
Nos faltó ir más a rio, ir más a la ciclovía y comer más helados, me faltó llevarte a la playa., a caminatas nocturnas y a pasear en carro.
 
Extrañaré tus ronquidos, extrañare ese golpe que me despertaba asustada cuando te subías a la cama y te adueñabas de mi almohada. Extrañaré llegar en las noches y recibir tus lambetazos en mi cara, te extrañaré todo, completico.
 
Gracias por hacer de estos últimos 12 años los mejores. Nunca me hablaste, pero bastaba una mirada para conectarnos y adivinar tus caprichos. Bastaba una mirada para que entendieras que estaba triste y sin tener que decirtelo te hacías a mi lado, con eso bastaba para devolmerme la felicidad.

Tal vez muchas no lleguen a comprender la conexión que tú y yo teníamos. Dos días antes de tu muerte te miré fijamente a los ojos y te pedí que me dieras una señal. Estabas muy enfermo y én medio de mi egoísmo humano, ese que tu nunca conociste, no era capaz de sacrificarte. Te pedí encarecidamente que si era tu hora que te feras solo y así lo hiciste, esa fue tu última muestra de amor incondicional. 
 
Amigo de mi alma, espero haberte hecho feliz y solo lamento que nuestro último día no fuera como lo soñé.
 
Quiero que todo el mundo sepa que fuiste el mejor perro del mundo y que tuve la fortuna de que me escogieras para hacer parte de tu vida.
Gracias Figo, te extraño putamente.
 

miércoles, 4 de febrero de 2015

LOS MUERTOS QUE NADIE QUIERE EN CALI

LOS MUERTOS QUE NADIE LLORA


El  significado de la palabra  muerte es el mismo en todos los idiomas: término de la vida. Para los creyentes separación del cuerpo y del alma, supresión, caída, destrucción, aniquilamiento, ruina... el fin. Paradójicamente, once cadáveres que reposan en el anfiteatro del HUV  no han terminado con la danza de la muerte, pues a pesar de estar tan tiesos como un bloque de cemento y tan fríos como un témpano de hielo, siguen esperando que sus familiares los reclamen y les den cristiana sepultura.

Aunque sus ojos están opacos, pues estos difuntos   carecen del resplandor de la chispa de la vida, pareciera que lo que los mantiene ‘vitales’ es la esperanza de no perderse en la memoria  de quienes en vida los amaron, y que no los dejen terminar en medio de  centenares de huesos de una fosa común,  sin identidad.
Estos muertos, los 11  del HUV, reposan a menos 30° grados centígrados de temperatura en una vetusta nevera, sobre latas de acero inoxidable y  con un papel en su pecho que indica nombre, edad y fecha del deceso. Los que tienen menos suerte han sido bautizados de nuevo y tienen escrita la sigla ‘NN’.



Los echan al olvido.  Rubiela Artunduaga, de la subdirección de atención al usuario del HUV, dice  que cuando el paciente fallece en el hospital le avisan a los familiares, pero estos muchas veces no quieren a su muerto y no lo van a reclamar.“Tratamos de ubicar a los parientes e informamos  a través de los medios de comunicación, y cuando son ‘NN’ la  Registraduría hace toma de huellas para tratar de  identificarlos. Agotamos todos los recursos, pero aún así los olvidan. La gente no piensa  que tiene deberes con los pacientes  así estén muertos”, aseguró Rubiela.

Aracellys Calle falleció el tres de enero de este año. Tenía 50 años, era de cabello corto y a pesar de los hematomas rojos y morados en su piel, se nota su tez blanca. Seguramente  fue buena persona, pero parece que eso no le alcanzó para merecer una tumba.
A estos 11 cadáveres se les agota el tiempo, ya que el plazo máximo que tienen para ser reclamados es de seis meses, algunos ya agotaron su ‘chance’ y están guardados desde  junio del año pasado.




 ¿No se quieren encartar? 
“Estos cadáveres ocupan espacio en el anfiteatro  y nos  quitan la oportunidad de realizar autopsias, lo que sí es un ingreso para el hospital. Además dejamos de atender otros casos de estudios post mortem”, dijo Olga Lucía Lenis, jefe del laboratorio y del anfiteatro  del HUV, y quien se ha convertido en la ‘madrina’ de dichos difuntos.

Un entierro en fosa común le cuesta al hospital alrededor de  $600.000 por cada uno. Se realiza en el Hospital de Siloé, en un ataúd bastante sencillo hecho con tablas y acompañado de algunos funcionarios que les dan el último adiós. “Algunos no reclaman los despojos de sus familiares por no asumir el costo del entierro, otros sencillamente los abandonan desde el momento de la hospitalización”, aclaró Olga Lucía.

¿Y después de enterrados algún familiar reclama a su difunto? “Sólo ocurrió una vez hace cuatro años. La familia de un italiano  llamó a pedir la exhumación y la repatriada del cuerpo, la Embajada pagaba la mitad, pero el costo era muy alto así que el occiso se quedó en la fosa común por siempre”, contó Lenis.

Formol y hielo.
Entrar a la Morgue no produce miedo. Más bien estos ‘fantasmas’  logran aflorar sentimientos de lástima y reproche contra su familia. Debido al poco espacio del anfiteatro, en cada bandeja deben acomodar hasta tres cuerpos. No es tarea fácil, ya que toca hacer que ‘encajen’ las extremidades, los dorsos y las caras, a pesar de la rigidez propia de la muerte.
El olor es una mezcla de formol y putrefacción, de esos que calan  los huesos y perduran en la nariz como perfume rancio. 

El piso luce oxidado y una cortina de tiras de plástico se abre para dejar salir el frío propio de la muerte... hasta se forman bloques de hielo de color café,   producto de una mezcla de fluidos corporales y químicos. Este es el único lugar donde no hay distinción de raza, estrato socioeconómico o nivel de educación. Aquí todos esperan lo mismo: terminar su danza de la muerte con un entierro digno y llorado por sus familiares.





  • La gran mayoría de los cadáveres sin reclamar son hombres. También hay un gran número de habitantes de calle.
  • Muchos ancianos llegan solos y enfermos al hospital,  a pasar sus últimas horas de vida. Después de muertos nadie los reclama.
  • 70 cadáveres reposan en la Morgue de Medicina Legal, sin ser reclamados por sus familiares.
  • 25 de estos 70 cuerpos están sin identificar. Hay restos acumulados del 2013 y del 2014.
  • 50 años en adelante es el promedio de edad de los cadáveres que dejan abandonados.
  • 6 meses es el tiempo máximo que dejan los cuerpos en la nevera.
  • 600 mil pesos es el costo del entierro por cada uno de estos muertos. Lo hacen en fosa común.
  • 2 difuntos, por mes, es el promedio de ‘olvidados’ que dejan en la Morgue.
*Nota publicada en el periódico Q'hubo Cali