viernes, 30 de enero de 2015

¿QUÉ SIENTEN LAS CALEÑAS CUANDO USAN MINIFALDA?

"ME SENTÍ AGREDIDA EN MINIFALDA"


No tengo medidas de reina ni mucho menos cuerpo de modelo o cirugías estéticas. Me considero una caleña atractiva, como el resto de las  1.188.000   mujeres que habitan en la ciudad. Así que decidí  aventurarme  a la calle vistiendo una minifalda, una prenda perfecta para los 31° centígrados que se registra de temperatura en Cali, y además porque desde que se impuso en los años 60’s, nunca ha pasado de moda.

Sin más pretensión que captar con el lente de Q’hubo las reacciones que tendrían los hombres ante la prenda, escogimos la ruta del Centro, una de las más transitadas por féminas trabajadoras,  transeúntes, amas de casa, ejecutivas y colegialas.
Debo confesar que desde que inicié mi ‘pasarela’ no me sentí cómoda, pues de inmediato observé  una avalancha de miradas, tanto de mujeres inquisidoras como de hombres al acecho de su presa.



Como  carne para leones.
  ¿Y es que acaso era de esperarse que la reacción de los hombres fuera inmediatamente sexual? sin ser feminista ni machista, la realidad es que algunos estudios aseveran que los varones piensan en sexo al menos 19 veces al día (Universidad de Ohio, 2014) y que la minifalda los alborota.

El primer acercamiento fue ante un grupo de cuatro señores, entre los 30 y los 60 años de edad. Cuando estaba a tres metros de distancia todos me hicieron un paneo de la cabeza a los pies, y cuando pasé por su lado   emitieron saludos y piropos. Escuché al que tenía más próximo, cuyo aliento pude sentir en mi oído y  me dijo: “Mami rica, que Dios la bendiga”.
Desde ahí recibí toda clase de adjetivos y sustantivos: princesa, virgencita, reina, mami, patona, ricura, negrota, mamacita, chocolate delicioso, nalgona, culona y hasta tarrao’.
Y también recibí miradas en todas las partes de mi cuerpo, pero en especial en la cola. ¡Allí  los ‘ojos’ sí que se clavan!

  Estoy segura de que ninguno de estos ‘caballeros’ pensó en que yo podría ser su hija, su nieta, su esposa o hasta  su mamá. La ‘tapa’ fue la de un hombre canoso, de 50 años de edad aproximadamente, bien vestido y ‘enlocionado’. Me puso conversa, me acompañó al menos siete cuadras, me pidió el número de teléfono y hasta prometió irme a visitar a mi lugar de trabajo. Sacó el ‘macho’ brioso que tenía dentro y coqueteó conmigo como cualquier quinceañero.

  Algo me quedó claro después de una hora de caminata: los caleños se podrían ganar un concurso de contorsionistas, porque con tal de mirar a una mujer giran su cabeza hasta 90 grados ( o  más en algunas ocasiones), voltean el tren superior  sin despegar los pies del piso y son capaces de seguir conduciendo o caminando, mientras su mente y sus ojos se fijan en una minifalda.

¡Agredida y vulnerada! 
Sé que no exagero y que las mujeres me comprenderán cuando aseguro que muchas veces los hombres nos hacen sentir como trozos de carne, con el cual quieren saciar su apetito sexual. Es muy difícil lidiar con comentarios soeces que agreden tu dignidad, y tener que ‘tragarte’ la rabia y seguir tu camino por temor a ser agredida.
¿Será por eso que la mayoría de caleñas salen a la ‘guerra’ armadas de un pantalón y no en minifalda? Me atrevería a decir que sí. Mostrar más piel es como si le pusieras a la caña de pescar la carnada:  ¡caen todos los peces gordos!

Llego a la conclusión de que muchas de nosotras pensamos dos veces en la ropa que vamos a usar antes de salir a la calle, por temor a ser acosadas o acorraladas por estos ‘expertos en piropos’, que aunque digan poemas nos hacen sentir expuestas,  y cortan de raíz la sensación de andar libre por la calle, ¡así sea en minifalda!


  • Para Melissa Rojas, historiadora y socióloga el piropo, el ‘siseo’ y el acoso son tipos de agresiones sexuales. “La cultura colombiana es machista y los hombres se sienten en la obligación de legitimar y hacer explicito el poder simbólico que tienen sobre las mujeres, que puede ser transgresor de sus derechos. Que tengamos más o menos ropa no es la causa de este tipo de prácticas, es más un problema de convivencia ciudadana.

martes, 27 de enero de 2015

EMBERA: DOLOR, MUERTE Y MISERIA

CONDENADOS AL EXILIO


Si alguna vez se ha preguntado a qué huele la miseria, le puedo asegurar que es una mezcla de suciedad, putrefacción, excremento, humo  y muerte.
 Esto, sumado a la visual del cuerpo de Esthefanía (la bebé  Embera Katío que murió el sábado), velado sobre el piso de una residencia del barrio El Calvario, da cuenta de las terribles condiciones en que sobrevive esta comunidad indígena.

Lo peor de la situación es que estas 199 personas, que llegaron a Cali exiliadas de  Pueblo Rico, Risaralda en el 2013, están en este momento en el limbo, y deben seguir en El Calvario hasta que les encuentren un lugar para ser relocalizados.

Velorio de la niña Esthefanía, quien falleció al parecer por una infección respiratoria, debido a las malas condiciones en las que vivía.



  “Cali no cuenta con un espacio donde pueda albergar a los Embera en condiciones  de dignidad, además, su leyes indican que los 199 deben estar en un mismo espacio”, fueron las  palabras de Felipe Montoya, asesor de paz de la Alcaldía, durante rueda de prensa realizada ayer.

 Y es que el calvario de estas 42 familias es que pareciera que nadie los quiere tener, pues aún no cuentan con la autorización del gobernador mayor de su cabildo para  retornar a su hogar, y la administración  de Risaralda ha sido bastante pasiva ante el tema. 

 “Esperamos que en un mes esta comunidad sea relocalizada en Pueblo Rico, donde están buscando un espacio adecuado,  y  dentro de  seis meses  o un año ya se haga el proceso de retorno”, aseguró Montoya.



Los Embera Katío viven en una residencia del barrio El Calvario en condiciones deplorables. Duermen en el piso y con las mínimas condiciones sanitarias


Las ayudas no llegan del  cielo. 
Desde el 2012, año en el que empezaron a llegar los  Embera a la ciudad, la responsabilidad de esta comunidad ha caído en la espalda de la Administración caleña. Pese a que  las ayudas llegan de parte del  Icbf y de las secretarías de Salud, Educación, Cultura, Gobierno y Bienestar Social, pareciera que cada día esta comunidad sucumbe en la miseria y el dolor.

“Cada tres meses nos dan un auxilio  económico de $800.000, pero nosotros pagamos diario $10.000 de arriendo y quedamos endeudados.  Cada dos meses  a cada familia le dan cinco kilos de arroz, dos kilos de harina, dos kilos de azúcar y tres  kilos de lenteja, pero eso no alcanza. Este año no nos han dado porque todavía no hay contratación” manifestó Esteban Queragama, uno de los líderes Embera.

El tema de la cultura indígena es bastante espinoso. “En Risaralda no se presentan hechos de conflicto armado hace más de cinco años, ellos se desplazan porque hay roces entre los Embera Katío y los Chamí”, aseguró Montoya.

En su estado natural el hombre se dedica a  la caza, la agricultura y la pesca, pero en esta ‘selva de cemento’ no saben trabajar, por lo que la mujer debe salir a la calle a buscar dinero... salen a mendigar.  Ayer, mientras el cuerpo de Esthefanía era velado y las mujeres lo lloraban, no había nada qué comer en la residencia de El Calvario, porque ellas no salieron a ‘producir’. 
“El espíritu mayor nos dijo que si no nos vamos  de aquí,  va a seguir poniendo muertos”, predijo Albeiro Queragama.



  • Aún Medicina Legal no ha entregado el dictamen de las posibles causas de la muerte de Esthefanía Queragama, de cuatro meses, pero según Secretaría de Salud, el dato preliminar es que la bebé tenía los pulmones ematosos  (inflamados) y de color rojizo, lo que indica una infección respiratoria producida por un virus. “Estos casos se presentan por la exposición al humo de los fogones de leña, muy recurrentes en esta comunidad”, dijo Harold Suárez.
  • 42 millones  de pesos se destinaron este mes para auxilios.
  • 5 niños Embera están bajo el esquema de protección del Icbf.


lunes, 26 de enero de 2015

UN LABORATORIO DE PAZ EN MEDIO DE LA GUERRA

UN LABORATORIO DE PAZ EN MEDIO DE LA GUERRA


Son las 3:00 de la tarde. En ‘Marroco’ el parche ya está en la calle, atento a la 'vuelta' que pueda surgir ese día. Los 32° centígrados de temperatura calientan la sangre y en  las calles polvorientas se sienten pisadas de aleteo.  René mira a lado y lado. A su izquierda los ‘pelaos’ están armados con porros de marihuana,  pepas y basuco. A su derecha unos cuantos acarician la ‘pacha’ que  tienen entre la parte baja del abdomen y el pantalón caído.

Es martes. René no tarda mucho en decidir cuál será su camino. Da media vuelta y se va rumbo al barrio La Casona donde está su parche, su ‘pandilla’ musical. “A mí el rap me cambió la vida, juntarme con gente chévere me ayudó  a ser mejor persona y me alejó de lo malo, de las pandillas y de   la droga”, dijo René Alejandro Murillo, quien ahora es conocido como ‘El trauma del papel’ por su talento como compositor y músico.

Y es que el ‘cliché’ de  los jóvenes del Distrito de Aguablanca que le hacen el quite a la violencia con el arte, es la realidad de la Central Didáctica de La  Casona. En este ‘laboratorio de paz’ jóvenes de los  distintos  barrios del oriente de la ciudad se reúnen para hacer música, fotografías y vídeos. Aquí no se habla de la guerra que viven en sus barrios, aquí se habla de bemoles y corchetes, de la exposición de la luz para un foto o de guiones y libretos.

“Aquí hay ‘pelaos’ de todos los barrios donde lo común  es el tema de las fronteras invisibles y de las pandillas, pero este territorio es neutro, ellos  se encuentran aquí y no pasa  nada, hasta se dan la mano aunque saben que en la calle la cosa es distinta”, aseguró Luis Edinson Valencia, coordinador de esta Central Didáctica perteneciente a la Fundación Carvajal. Luis residente en el barrio El Vergel, él sabe como es la ‘vuelta’.

Foto Raúl Palacios


Un cambio musical
La Central Didáctica de La Casona comenzó con unas cámaras de fotografía. “Al ver que los jóvenes se estaban comunicando a través  del arte, poco  a poco nos fueron dotando de más equipos”, puntualizó Valencia. Luego llegó un estudio de grabación musical donado por la Fundación John Restrepo y poco a poco fueron llegando más  jóvenes, como ratones atraídos por el olor del  queso... al comienzo  tímidos, pero luego arrasaron con la oportunidad que les estaban ofreciendo. Tenían hambre de hacer algo distinto a delinquir.

Es así como en este territorio neutro o ‘laboratorio de paz’, como prefiero llamarlo, se dictan talleres de video y fotografía, se trabaja con adultos mayores y ahora hasta graban producciones musicales.
“Aquí nadie  se roba nada. Van  llegando parches  recomendados por otros. Tampoco se les cobra, la contraprestación es  que deben compartir sus saberes con otros o hacer presentaciones artísticas”, apuntó el coordinador.

Un informe realizado por la Personería demostró que en Cali hay 134 grupos de pandillas que operan en 17  comunas y el 44% se encuentra asentado en Aguablanca, pero eso en la Central Didáctica de La Casona no importa, no existe, no es problema. 

Del barrio ‘fino’ 
La ‘Sheiten flow’ es un colectivo liderado por James Carvajal, quien dedica su tiempo a producir artistas del Distrito de Aguablanca. “Ha sido difícil por el estigma que cargamos. No todo el mundo quiere estar robando ni matándose por  fronteras invisibles. También  hay gente que quiere contribuir a la sociedad”, dijo Carvajal, quien precisamente estaba junto a Tania y Jilber, grabando en la Central Didáctica. Continuó... “Mire por ejemplo el caso de Jey K, él ha sido víctima de los abusos y sino  fuera porque la música  lo sostiene estaría en otros pasos”.

Al conocer a Jey K me encontré con un joven delgado, de voz gruesa y de movimientos torpes. Luego supe que padecía de meningitis, lo que le causó una discapacidad motora. Su cuerpo es frágil, pero su voz potente lo soporta. “Fui víctima de matoneo y estuve tentado a coger el camino de la violencia. Pero esta enfermedad no vale nada (con las manos se señala) y los sueños se pueden hacer realidad”, dijo Jey K, quien finalizó su intervención cantando el trozo de una canción.

Foto Raúl Palcios


Mientras terminaba de hablar con ellos el sonido de una marimba, un cununo y el flow del rap llamó mi atención. “Princesa, te llevo en mi cabeza, en cada letra...” Al acercarme descubrí a un grupo de músicos de  Siloé, Calimío, Mojica , El Pondaje y Marroquín que se hacen llamar ‘Reset’.
Su director, Julián Rodríguez, compartió su experiencia de cambio gracias a este ‘laboratorio de paz’.
“Duré 5 años poseído  por las drogas  y la calle. Estaba sin rumbo en la vida y me encontré con la música... encontré  el modo de ser libre. Yo veía que causaba un efecto nocivo o positivo en la gente, así que hace 4 años estoy haciendo canciones”.

En especial los días martes y jueves, estos talentosos llegan al barrio La Casona sosteniendo la bandera de la paz. Ya los más pequeños los reconocen como los cantantes que salen en Youtube.
“Los ‘chamacos’  miran para los dos lados y le hacen el feo a los pandilleros pa’ venirse detrás de uno. No necesitamos estar tapados en plata para ser su inspiración, solo basta con mostrarles otra opción y ellos se pegan”, finalizó Carlos Conrado, de ¡Marroquín presente!


  • Según datos de la Personería, en el 2014 se registraron 1.500 muertes violentas, de las cuales el 53.98% se atribuye como posible móvil el tema de la pandillas. Las comunas del oriente de la ciudad con más problemas de violencia son la 13, 14, 15, 16 y 21, con registros de hasta 95 homicidios. http://www.elpais.com.co/elpais/judicial/noticias/como-nacen-y-mueren-pandillas-calles-cali
  • 30 jóvenes participan en esta iniciativa de la Fundación Carvajal.
*Nota publicada en el periódico Q'hubo

miércoles, 21 de enero de 2015

¡MALTRATO SALVAJE!


¡MALTRATO SALVAJE! 


El vídeo que se grabó durante las corralejas de Buenavista, Sucre, es para estómagos de acero. En él se observa cómo decenas de personas descuartizan vivo a un caballo.
Estas imágenes, junto a las del toro que es ‘linchado’, durante las corralejas de Turbaco, tienen a los defensores de animales realizando todo tipo de acciones para tratar de frenar estos casos de maltrato. ¿Es posible tanta crueldad?


En Cali y el Valle del Cauca la situación no es distinta. Hace poco se reveló un video hecho durante las fiestas de La Marina, en Tuluá, donde hacen carreras de gatos. Los amarran, los aturden y los obligan a ‘competir’.
“Estos casos de abuso se ven a diario y con toda clase de animales. Junto a Sentir Animal instauramos una demanda en  la Fiscalía (por el caso de las carreras de gatos) por violación de los derechos universales”, aseguró Liliana Ossa, directora de la Fundación Paz Animal.

Toda clase de atrocidades. Muchos recuerdan el caso de ‘Candy’, una perrita que fue violada en una casa del barrio El Ingenio, donde funcionaba una entidad pública. Murió desangrada por el daño causado en sus genitales. En el 2014  se denunció que dos personas estaban abusando sexualmente de dos caninos  debajo de un puente peatonal, en el barrio Los Alcázares.


 Recordemos  el caso registrado por Q’hubo en el barrio Alfonso Bonilla Aragón, cuando un carretillero le roció gasolina a su caballo y lo quemó porque éste no podía andar más; en Santander de Quilichao dos policías amarraron a un ‘peludito’ y lo enterraron en un hoyo, y peor aún fue el caso de  ‘Milo’, un perro que fue molido a machete.

“Nosotros atendemos animales apuñalados, macheteados, amputados, golpeados, abandonados. Un caso que me conmovió mucho fue el de un perrito que metieron en alquitrán hirviendo. La semana pasada la Policía nos trajo dos cachorros  baleados”, dijo Liliana, quien el año pasado recibió 152 animalitos abandonados en su refugio.

En Cali existen cerca de ocho organizaciones que trabajan en defensa de los animales y hay más de 50 activistas, como María Cano,  que han dedicado sus vidas y sus recursos a esta labor.
 Ni la ley los ampara.  El único garante legal que tienen los animales en Colombia  es la Ley 84 de 1989. En su artículo 6 habla sobre todas las faltas contra los animales, pero en el  artículo 7 avala las corridas de toros, las peleas de gallos y las corralejas.

“Nos amparamos en el código civil, que a pesar de que trata a los animales como cosas, es una de las herramientas que usamos para lograr castigos a los maltratadores”, dijo Ricardo Caicedo, de la Fundación Defensa Animal, con siete años de existencia.


 Ricardo asegura que se ha avanzado un poco en el tema legal. “Ya tenemos la Ley 1638 de 2013 que prohibe la tenencia de animales silvestres y salvajes en los  circos. También existe el acuerdo municipal 0330 con el que creamos una unidad móvil de esterilización”, aseguró Caicedo.
“El tema no solo es el maltrato sino también el abandono, pues mucha gente los desplaza como si fueran basura. Falta control por parte de la Policía Ambiental y del Dagma con el tráfico de fauna y me parece atroz el negocio de la venta de cachorro”, aseguró Liliana.

Los activistas aún esperan la construcción de un albergue para animales, cuyo proyecto lleva más de tres  años en el papel.



  • Maltrato y abandono animal. 8.000 casos atendió en el 2014 Paz Animal. Requieren cerca de $22 millones mensuales para operar.
  • Cuatro años llevan los activistas trabajando en proyectos de ley que sancionen penalmente, a quienes maltraten a los animales. Aunque hay avances el tema aún no es concreto.

  • *Nota publicada en el Periódico Q'hubo

    lunes, 19 de enero de 2015

    EL TERROR SE APODERÓ DE SILOÉ

    EL TERROR DE APODERÓ DE SILOÉ

    Desde el pasado lunes festivo, cuando un enfrentamiento a bala en ‘El Hueco’ dejó dos personas muertas  y cinco más heridas, Siloé está inmerso en la calentura y el miedo.
    Desde entonces, sus residentes se encomiendan al santo de su devoción antes de salir, hacen un paneo desde la ventana para ver como está la ‘vuelta’ y se aventuran a dar un paso fuera  de sus casas con el temor latente de ser alcanzados por una bala maldita.

    Cualquier incidente puede encender la ‘mecha’ que desate una guerra entre las autoridades y las pandillas que dominan el sector. Solo es cuestión de tiempo.
    Precisamente el asesinato de Jordan Alexis Gómez la noche del viernes, al parecer a manos de un policía, fue la pólvora que  desató  una guerra campal la tarde del sábado, que esta vez dejó un muerto, un policía herido, varios lesionados, e historias de atropellos por parte de las autoridades.



    “Como a las  5:00 de la tarde empezamos a escuchar ‘bala’ y cuando nos asomamos vimos que los policías eran los que estaban disparando; los otros les respondieron con piedras”, relató una vecina del sector, que por temor omite su nombre.

    Estos hechos se presentaron a lo largo de la Calle 3 oeste entre Carreras    42 B y 45, en los sectores conocidos como San Martín y Las Delicias. En La Nave también  dieron ‘plomo’ los de ‘El Hueco’.
    “Cuando hirieron al policía los uniformados se vinieron en manada y dispararon a diestra y siniestra contra todo el mundo. Se metieron a la fuerza a las casas, golpearon a la gente y nos quitaron los celulares donde grabamos sus atropellos”, dijo un líder de la Comuna 20.
    Cayó otro inocente. En medio del cruce de disparos hubo otra víctima inocente. Se trató de  Jhon Edwin Mosquera, un obrero de 42 años.

    “Estábamos  trabajando afuera de la casa en ese momento, cuando a  mi hijo le dispararon en la espalda. Lo bajamos en moto al centro de salud de Siloé, pero no llegó con vida”, relató Enrique Mosquera, padre de la víctima, mientras reclamaba ayer el cuerpo de su hijo en la morgue.
    Jhon Edwin trabajaba en el reparcheo de la calle de su cuadra y vivía junto a su progenitor. “Yo le exijo  a las autoridades más respeto por la vida. No pueden ir dando bala a la gente inocente, el viernes ya  mataron uno y ahora a mi hijo”, dijo el compungido padre.

    Pandillas y falta de autoridad.  Según el coronel de la policía William Sánchez,  los hechos obedecieron a un enfrentamiento entre grupos delincuenciales del sector.
      “Intervinieron la patrulla del cuadrante y grupos especiales que tenemos en ese sector, quienes arremetieron contra estos delincuentes. Hubo  un intercambio de disparos donde resultó lesionado uno de nuestros policías (quien se recupera). Inmediatamente entramos a hacer control territorial y tenemos en este momento 4 capturados y  tres armas de fuego decomisadas”, dijo.
    Durante estos operativos varios habitantes de los sectores de San Martín y Las Delicias  denunciaron haber sido atropellados, como el caso de la familia Ríos Caro.



    “Yo estaba dentro de mi casa y al ver que los ‘tombos’  le estaban pegando a todo el mundo comencé a grabar con el celular. Apenas me vieron se  metieron a la fuerza, le pegaron a mi mamá, me golpearon y me llevaron preso. El celular me lo desaparecieron”, narró  Miguel Ángel Ríos, quien en  la madrugada  de ayer fue  dejado en libertad.

    “A mi me estrujaron, me arañaron y nos trataron de delincuentes. Nosotros somos gente de bien, no tenemos nada que ver en sus asuntos”, dijo Nelsy Caro, quien fue agredida por defender a su hijo.
    Algunas versiones indican que las autoridades están del lado de uno de los bandos de esta guerra. “Imagínese, ¿si no podemos confiar en la policía, entonces en quien? Acá el problema no es sólo entre ‘Los Mena’ y los de ‘Las Delicias’, sino que la policía apoya a uno de estos grupos” dijo un líder comunitario.

    Los hechos  presentados el pasado puente festivo en el sector de ‘El Hueco’, se atribuyen a una pelea pasional entre el bando de ‘Los Mudos’ y ‘ Los Mena’. Lo ocurrido el sábado se lo ‘achacaron’ a ‘Los Mena’, a los de ‘Las Delicias’ y la misma Policía.




     El panorama en Siloé es tenso. En cada esquina o camuflados en los retorcidos callejones se observan ‘pelaos’, como perros rabiosos,  esperando el grito de guerra para salir a dar bala. Nada se mueve y nadie pasa sin su permiso...  todo lo tienen controlado.
    “Exigimos la presencia de la Personería y otros entes que velen por los derechos humanos. Acá no todos somos malos y nos están matando. No confiamos en la policía, ellos mismos nos disparan... ¡Qué Dios nos ampare!”, finalizó cabizbaja una vecina del sector.


    • 19 pandillas, aproximadamente, operan en Siloé
    • 45 asesinatos se cometieron en Siloé durante el 2014.

    domingo, 18 de enero de 2015

    LOS SECRETOS DE PICO DE LORO

    LOS SECRETOS DE PICO DE LORO


    Cuál es el encanto que tiene  Pico de Loro, uno de las montañas  más altas de los Farallones de Cali, que a más de uno hipnotiza y hasta se lo ‘traga’?
     Muchos hablan de que entre los misterios de esta montaña se mueven brujas, duendes, hadas y otros seres de la naturaleza que los  encantan y los hacen perder el rumbo. También hay mitos sobre ramas que cierran caminos, ríos que desaparecen y otras ‘rarezas’ que confunden hasta al más experimentado.
    Sin embargo, las  razones por las que los excursionistas se pierden en este pico de  2.800 metros de altura sobre el nivel del mar son más terrenales.
    Este terreno conformado principalmente por arcilla, roca, limo  y grava, con  temperaturas que  oscila entre los 0 y los 34 grados centígrados,  tiene aproximadamente 4.500 metros de sendero que no son nada amigables debido a las condiciones del mismo ecosistema.
    “El recorrido de ida y vuelta se hace en siete horas, lo que exige buena condición física. Además, este  es un campo con mucha cobertura vegetal, bosques de roble y en los últimos 600 metros las pendientes son muy fuertes, lo que lo hace peligroso”, señaló Roger Franco, técnico de Parques Nacionales Naturales, entidad reguladora y protectora de la zona.


    Foto cortesía Parque Nacional Natural Farallones de Cali

     ¿Perdidos o irresponsables?  
     El fin se  semana pasado  la noticia fue la de cinco excursionistas que estaban perdidos, pero que afortunadamente aparecieron sanos y salvos el miércoles.
    Así como ellos, en el historial de los medios de comunicación se han registrado en diferentes oportunidades casos de caminantes que se extravían  en Pico de Loro, como los ocho estudiantes de Univalle que se perdieron en octubre de 2013, o hasta una alerta de secuestro que se generó el año pasado, donde tuvo que intervenir el Gaula y el Ejército, y todo terminó siendo producto de la imaginación de uno de los caminantes.
     Según Rodrigo Zamorano, director de Gestión de Riesgos de la Alcaldía, al menos cada dos meses se reporta un caso de personal perdido, lo cual genera un enorme desgaste para todos los organismos de socorro que deben desplegar operativos de búsqueda y rescate. 
     “Es un tema de irresponsabilidad del excursionista. Muchos de ellos son jóvenes  que suben sin guía, sin la ropa adecuada y sólo con una lata de atún. Esta es una zona con alta probabilidad de perderse y su ascenso es peligroso por las condiciones del terreno, no es apto para principiantes”, recalcó el funcionario.
    Para Jaime Celis, jefe del  Parque Farallones, falta apoyo de otras entidades gubernamentales para poder señalizar la zona y ejercer mecanismos de control que eviten estos incidentes.
    “El ingreso a Pico de Loro está restringido, pero el público no entiende los riesgos que corre y se pasa la norma. En este momento estamos en un proceso para tratar de acondicionar la zona para el ingreso controlado de visitantes”, dijo Celis.
    La capacidad de Pico de Loro es de  sólo 30 personas al día, pero según el reporte han habido días donde irresponsablemente ascienden hasta 86 personas, impactando negativamente el ecosistema y aumentando los riesgos de accidentes. En el años 2014 unas 2.506 personas subieron.

    Foto cortesía Parque Nacional Natural Farallones de Cali



    Un laberinto boscoso. 
    Los Farallones de Cali tienen una extensión de 197.754 hectáreas que se extienden por Cali, Jamundí, Dagua y Buenaventura. Cuando se asciende por el sendero de Pico de Loro, existe una alta probabilidad de que el excursionista  coja el camino equivocado que lo lleva  hasta la ‘Villa de Ampudia’ o a más de 22 días de camino saliendo por el Puerto.
     Para Daniel Osorio, guía desde hace cuatro  años, el secreto de Pico de Loro está en conocer la zona al ‘dedillo’. “Como guía uno nunca debe dejar al grupo atrás. Hay varios atajos  y ahí  es donde hay que tener cuidado para no perderse”, aseguró este conocedor de la zona, quien además asegura nunca haber visto un ser mágico o de otro mundo.
    Por su lado, Andrés Jaramillo, guía desde hace 17 años, dice que son varios factores los que facilitan que la gente se pierda  en este pico.
    “El ascenso deben hacerlo por la zona occidental, porque por el frente es muy escarpado. Es recomendable que lleven brújula y que siempre busquen los afluentes de agua. Lamentablemente la tendencia de la gente es caminar en círculos y cuando consumen sustancias alucinógenas pues se vuelven más torpes, se desorientan y se agotan”, dijo.
    Para este guía, entre los peligros que esconde la montaña están algunas especies como los osos, los tigrillos, las serpientes y algunas zanjas por las que la gente se cae. “No es mito. Hay mucha gente que se ha perdido y nunca ha regresado, al  menos esto pasaba antes del 2005 cuando no entraba nadie”, aseguró Jaramillo. Sin embargo, ningún organismo de socorro tiene datos sobre personas que no hayan podido ser rescatadas.
    “Pico de Loro tiene su misterio. Uno a veces escucha algunas aves en la noche que se ‘ríen’ como brujas, pero solo se trata de la misma naturaleza. De  todas maneras, dicen que la tribu de los Lilíes se perdió en la vertiente occidental de Pico de Loro, por lo que a veces suceden cosas que uno no logra explicar”, finalizó Jaramillo.


    Fotos cortesía Daniel Osorio


    RECOMENDACIONES
    • Subir siempre con un guía experto (ojalá uno en cabeza y otro en cola). Este deberá esperar a todo el grupo en la bifurcaciones o dejar señales.
    • Llevar ropa y calzado adecuados, así como hidratación y alimentos suficientes.
    • Seguir las normas de los puestos de control de la zona. Uno está ubicado en El Topacio y el otro en El Pato. Dejar con ellos el registro de las personas que van a ascender.
    • Los horarios permitidos para subir a Pico de Loro son de 7:00  a 10:00 a.m.
    *Nota publicada en el periódico Q'hubo Cali

    HACEN ZAPATOS Y PURIFICAN ALMAS

    HACEN ZAPATOS Y PURIFICAN ALMAS


    El cielo no está estrellado. Los puntos que iluminan el tono negruzco de  esa noche son los de las balas que salen como ráfagas de los fusiles R15 y M16. *Antonio corre en medio de la oscuridad. Trata de abrir sus ojos pero la sangre, aún caliente, nubla su visión. Sigue corriendo abriéndose paso entre las ramas,  lo guían los gritos de sus camaradas que van más adelante.

    De un momento a otro su pierna flaquea... siente un dolor que le perfora el alma. Una bala acaba de atravesar su tibia y su peroné.  Grita, cae al suelo y luego le viene al oído  un sonido repetitivo, el de una máquina de coser.  Antonio despierta y se entera de que está en medio de suelas de zapatos y aroma a pegante y cuero. Respira profundo, como tomando bocanadas de alivio,  se toma tres  segundos para reponerse de sus recuerdos y continúa haciendo zapatos.

    Al igual que Antonio, en un taller del barrio San Bosco se tejen cientos de historias de reinsertados y víctimas del conflicto armado, a la vez que se fabrican zapatos con un propósito  que va más allá de calzar: tienen sentido social.

     Gustavo Adolfo Vivas, director de la Corporación de  Desarrollo  Productivo del Cuero, Calzado y Marroquinería  (CDP), cuenta que en este espacio, con capacidad para producir 400 pares de calzado al día, se cambiaron las armas por cadenas productivas.
      “El programa se llama Taller Escuela, donde  capacitamos recurso humano y lo vinculamos a las empresas  del sector. Con fondos del gobierno de los Estados Unidos graduamos semestralmente a 100 ex militantes de la guerrilla y los grupos paramilitares que ahora se preparan para la vida”, dijo Vivas.




    De mercenarios a zapateros.
    Para esta nota lo llamaré ‘Ché Guevara’, lo digo por el gorro que lleva puesto con la imagen de este líder revolucionario. Nació en el Patía, Nariño, y no podemos revelar su nombre ni su rostro porque se escapó del frente 29 de las Farc y para eso tuvo que entregar mucha información y a  varios compañeros.
    Hoy tiene 23 años, le gusta hacer música y en su hoja de vida está impreso que sabe hacer zapatos.

    Este joven, que en 45 segundos era capaz de armar y desarmar cualquier arma con los ojos vendados, hoy utiliza sus manos para montar moldes, suelas y plantillas.
    “Me crié con mi bisabuela y desde los siete años de edad empecé a ganarme la vida. Comencé haciendo mandados para la guerrilla, me tocaba llevar y traer el dinero de los ‘impuestos’ y en un día me podía ganar hasta tres millones de pesos.

    El ‘Ché Guevara’, quien paradójicamente también se ganó la vida como raspachín y fumigador, se enlistó a los 13 años.  “Ellos lo convencen a uno de meterse a las Farc. Nos dejaban tocar las armas y acariciarlas como si fuera el cuerpo de una mujer,  uno aprende a desearlas, esa es la golosina”, dijo.

    A los tres meses el ‘Ché’ ya estaba ‘caliente’ y en la mira de los paramilitares. “Imagínese, yo con 13 años y ya tenía encima la presión  de que me iban a matar. A la final, todo eso que sentía lo tomé a mi favor y declaré que si me iban a llevar  tenía que ser sobre mi cadáver y le fui perdiendo el miedo a la muerte. Fue entonces cuando me volví  un mercenario, hacía todo lo que ellos hacen, los trabajos sucios”, declaró.

    Entre su lista de tareas en el Frente 29 de las Farc estaba cobrar ‘vacunas’, participar en combates y reclutar, a la fuerza, a otros menores.“¿Episodios duros? ¡muchos! (suelta una sonrisa nerviosa) como la primera vez que le disparas a alguien, cuando te toca el primer combate y el hostigamiento es tan fuerte que solo deseas estar en tu casa. Para quitarnos  el miedo nos daban a comer pólvora con limón, eso lo enciende a uno y al escuchar los disparos uno se mete como loco al ‘fogueo’. Al final asesinas por inercia, se vuelve  algo tan común como caminar”, relató el ‘Ché’.

    A los 16 años este joven nariñense ya estaba cansado de su vida y fue cuando decidió escaparse del sueño militante que nunca se hizo realidad. “Yo siempre he querido ser alguien importante, pero ese no es el camino. ¡Resalte esto por favor! el poco desarrollo que tiene el campo y la pobreza, hacen que los niños se metan a la guerrilla. En el campo no hay más opciones”, finalizó el ‘Ché’, quien luego de la entrevista siguió haciendo zapatos, oficio que se convirtió en la columna y el frente de  su nueva vida.

    Perdón y olvido.
     “Soy reinsertado, tengo 44 años y gracias a Dios lo que hice en el pasado está enterrado”, es como se presenta *Granja, un hombre  corpulento, afrodescendiente y ahora profesional del calzado.

     Desde hace tres años aprende  como un niño a manejar máquinas, mientras olvida las  penurias que vivió  cuando estuvo en el frente 29 de las Farc que operaba en Nariño.
    “Esa vida es lo peor (hace una larga pausa). Allá uno hace muchas cosas malas, lo mandan  a matar gente inocente y yo con eso si no pude más”, dice Granja, mientras por su frente corre una gruesa gota de sudor.




    El miedo quizás sea el sentimiento más común de los cientos de reinsertados que en este taller, del barrio San Bosco, se empeñan en  empezar de cero.
    Tal vez las cicatrices que tienen sus cuerpos y sus almas no se borren haciendo calzado para niños de escasos recursos, pero no hay duda de que el trabajo les sirve de catarsis, de purificación.
    Muchos de ellos no piden olvido, sólo imploran  perdón, así sea que llegue en la forma de un zapato

    La arrastró el amor
    El único pecado de *Virginia fue enamorarse de un comandante de escuadra de la columna segunda de las Farc en el Cauca. “Él me pintó el paraíso, me dijo que eso allá era muy bueno y me fui para el monte. Allá nos separaron y me di cuenta de que me había metido en el infierno, eso allá es muy duro”, relató esta joven de 22 años quien se fugó de la guerrilla y ahora  está aprendiendo a elaborar calzado. Virginia fue centinela, combatió en el monte y también hizo labores en la ‘rancha’,       es decir, la cocina.

    “Allá la que se enamora pierde. La que quede embarazada la hacen abortar, y a la que le dejan tener  el bebé debe abandonarlo y volver al campamento”.

    *Nota publicada en el periódico Q'hubo Cali.
    Fotos: Raúl Palacios - Q'hubo